El Sistema Biométrico resolverá el desequilibrio coyuntural
"El ignorante afirma, el sabio duda y reflexiona"
El tema de las capta huellas que serán instaladas en los supermercados y farmacias del país bolivariano, ha desatado toda una polémica, orquestada desde los grupos antichavistas para oponerse como en múltiples ocasiones al Gobierno Bolivariano, sin embargo demuestran que su estrategia política está trillada, pues su uso repetitivo los coloca en evidencia. Siempre que el gobierno plantea una solución no existe de parte opositora una sana respuesta y mucho menos una propuesta; abundan las críticas destructivas y las campañas de descrédito. Venezuela afronta un desequilibrio brutal de distribución de alimentos y otros productos de primera necesidad, visualizados en los anaqueles de cualquier supermercado y abastos del país, ante dicha situación las interrogantes serían:
¿Cómo surgió tal desequilibrio de distribución?
Primordialmente hay que dejar en claro que esta problemática es coyuntural, es decir, responde a unas circunstancias, las cuales por fortuna están plenamente identificadas por el pueblo venezolano: contrabando de extracción y contrabando interno. El surgimiento de esta coyuntura se genera por la abundancia de productos expendidos en Venezuela a precios netamente bajos para las economías vecinas, en consecuencia los habitantes de los territorios aledaños tales como Colombia, Aruba, Curazao y Bonaire, siendo la hermana Colombia protagonista del desangramiento más grande. El contrabando de extracción se degeneró de simples ciudadanos foráneos que sustraían alimentos para subsistir en su país, a un negocio redondo para agentes aprovechados que instauraron un sistema ilegal para sacar de forma masiva alimentos y productos varios; se equiparon camiones y abrieron trochas para facilitar la salida por toneladas. Este tipo de contrabando muy peculiar se venía construyendo desde varios años atrás pero fue el intenso y descarado saqueo por enormes toneladas que al dejar desabastecido a gran parte de Venezuela, alertó tajantemente a las autoridades y población en general.
A al primer tipo de contrabando explicado se le sumó el contrabando interno, el cual debería ser calificado como “contrabando de complicidad colectiva”, todos veían cuando vendían cantidades al mayor a ciudadanos para que fueran revendidas a precios elevados; las palabras claves son: revendedores, economía informal, acaparamiento, especulación entre otros, todo a la vista complaciente del afectado y ayudado por el empresariado a quien solo le importaba vender toda su mercancía. Todos los ciudadanos se dejaron estafar, cuando compraban por ejemplo un paquete de harina precocidad con un 60% de aumento, sin ninguna razón, nadie denunció, todos gritaban y gritan impunidad, pero ninguno dijo, él revendedor o en aquella bodega me vendieron tal producto a un precio ilegal.
Los dos tipos de contrabando se unificaron y le dieron un golpe bajo al sistema de distribución equitativa de alimentos y productos de primera necesidad, todo el mundo veía los anaqueles vacíos pero todo el mundo sabía que el buhonero de la esquina les podía vender con precio mayor lo que faltaba.
“¿Alguien me puede explicar que pasa en Venezuela, por qué no hay productos en los estantes de los supermercados, pero por qué si no hay abastecimiento, existen revendedores hasta con 10 o más pacas de harina vendiéndolas a precios exorbitantes?”
Reflexión de madre venezolana
¿La falta de producción es el problema?
La productividad en la industria de alimentos, en la agricultura y la ganadería, dentro de esta coyuntura, es uno de los problemas, pero el enfoque debe dársele a la hemorragia central que pretende desangrar el país. Venezuela ha estado sometida a un sistema mono-productor desde hace más de 100 años, el petróleo, no lo hemos sembrado en el campo, en los últimos 15 años el líder de la Revolución Bolivariana trató a través de las políticas de Estado de levantar ese sector tan importante para la nación, aunque los esfuerzos han sido titánicos, el rentismo petrolero y los vicios del Estado burgués y capitalista, han estado dando sus convulsiones pues es una realidad que la república se le está haciendo la transición al sistema socialista, el cual acaba con la privatización de algunas empresas esenciales para el pueblo (petróleo, minería, telecomunicaciones, electricidad e hidrología). El camino que se debe labrar para diversificar la economía del país debe ser, darle espacio a los productores populares, productores privados y productores públicos; no concentrarlo en monopolio, penado inclusive por la carta magna o como era conocido anteriormente: latifundio. Es indiscutible que salir de la dependencia de las importaciones, ha sido un punto de caída para la nación, pero se ve con máximas expectativas que se dé un reimpulso a inversión para la productividad tanto a empresas públicas, privadas y mixtas. Suena muy fácil al leerlo, pero la batalla tal y como asevero al principio, seguirá siendo titánica, el sacudón anunciado por el presidente Nicolás Maduro debe guiarse a la mantener la Revolución Bolivariana y crear la vertiente de Revolución Agrícola y agroindustrial.
¿A nivel nacional es necesario el sistema biométrico?
Las medidas para abatir el flagelo del contrabando en sus dos vertientes, fueron anunciadas públicamente y se tomó la decisión de instalar capta-huellas en los supermercados y farmacias para observar el comportamiento de compra, con el fin de identificar a los contrabandistas pudiendo dar freno a la paradoja de distribución alimentaria. Se dijo que se implementarán en 8 estados del país (Apure, Zulia, Táchira, Falcón, Sucre, Bolívar, Amazonas y Gran Caracas), la estrategia es sofocar a los contrabandistas en las zonas fronterizas, las cuales sufren la mayor afección. Al interior del país (en cuestión del contrabando interno) se debe mantener más supervisión en todos los establecimientos, pero mientras no se considere fehacientemente que se deba usar en todo el territorio, no se tomará esa medida. Punto resaltante es mencionar que en el estado Zulia (fronterizo con Colombia) ya se lanzó un programa piloto con el sistema biométrico el cual fue todo un éxito. Un detalle importante es saber que dicho sistema no regulará los alimentos ni productos de primera necesidad (alrededor de 20); por ejemplo si una persona va a comprar dos o tres paquetes de pañales, podrá hacerlo libremente, la intervención vendría si se reitera la compra compulsiva del mismo producto en la semana: cuestión bastante lógica, puesto que el abastecimiento de una familia no sería racional que comprara en cantidades ya de mayorista.
¿La campaña de guerra civil de la derecha es una opción para el pueblo?
Los antichavistas desde sus “líderes” más recalcitrantes se oponen a la solución que ya está en marcha, afirman que es una “humillación”, dicen que todo lo que consumirá la ciudadanía lo sabrá el régimen socialista y evaden la realidad de que son alrededor de 20 productos de primera necesidad los estudiados por el sistema biométrico y los medicamentos. Es necesario recordar que los grupos derechistas vienen muy frustrados por las constantes derrotas electorales, como la última presidencial y la más reciente y aplastante de alcaldes, la cual quiso convertir en un “plebiscito” para sacer al presidente. Otra de las frustraciones es la derrota al grupo terrorista denominado La Salida liderado por el político Leopoldo López quien fue apresado, por la exdiputada María Machado quien traicionó a la Patria al aceptar un cargo como diplomática de otro país (Panamá) y envestir contra su propia república “natal” y por último el menos tocado por su actitud de doble moral, el alcalde mayor de Caracas Antonio Ledezma, el mencionado grupo terrorista desencadenó las denominadas guarimbas, que demostraron la terrible problemática de salud pública (psiquiátrica colectiva), con las actitudes hostiles de minorías alienadas por mensajes de propaganda de guerra bien direccionada desde hace más de una década. El quiebre bestial de la unidad en la derecha venezolana ha restado apoyo de sus sectores adeptos que se muestran engañados, desmotivados y desmoralizados. Sería un error garrafal que los estratos sociales que aún les queda a la derecha (en su mayoría radicales) sean nuevamente usados como carne de cañón para intereses individualistas de la politiquería, porque la conciencia de clase es cada vez mayor y se topa con las realidades en su entorno, el pueblo venezolano quiere paz, pero sobre todo quiere dejar de vivir en el enfrentamiento tribal de “yo estoy de este lado y tú del otro”, como e quiso demostrar en la Mesa de Diálogo que reunió a alcaldes y gobernadores de la oposición con el Estado (esto antes de la envestida del grupo La Salida) y los esfuerzos posteriores. De escuchar los llamados de sirenas, los partidarios de la derecha serían arrastrados por su misma ola de odio; sin embargo se vio luz de racionalidad cuando los “líderes” de derecha convocaron a una protesta nacional “cacerolazo” en contra del sistema biométrico y nadie se apegó, cuestión que los hace caer más en desespero.
Alí Acosta Vicent
Porlamar, 31 de agosto 2014
PPC
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